lunes, 29 de agosto de 2011

Puedes contar conmigo

Muchas veces creemos que mientras más imitemos a los adultos, más maduros seremos, sin llegar a entender que la madurez es medir nuestros actos, comprendiendo así lo que es propio de nuestra edad y lo que no. Beber, fumar o tener sexo son conversaciones comunes entre los adolescentes, los cuales muchas veces, ingenuamente, creen que los hace ver más geniales.


No miden las consecuencias de sus actos hasta el verse envueltos en cosas que simplemente no eran para su edad. Un embarazo no es común a los quince o dieciséis años, ni siquiera diecisiete. Un vicio no es lo mejor a esa edad. Y cuando vemos que no hay vuelta atrás, es cuando recién nos preguntamos, ¿esto es madurez o estupidez?


Pensar que muchos de los jóvenes inician su vida sexual porque sus amigos ya no eran "niños", o caen en vicios por la propia invitación de quienes dicen ser buenos amigos. ¿Son buenos aquellos que te llevan por el mal camino?


Ésta es la historia de una joven que quería ser como los demás y que terminó siendo completamente diferente, teniendo que perder su niñez para comenzar a ser una mujer responsable...soportando los malos momentos de un embarazo adolescente, no necesariamente las nauseas, sino el momento de decirle a sus padres que su niña ya no lo es tanto...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta entrada. Simplemente, magnífica. Opino igual que tú y ha sido una reflexión buenísima.