viernes, 16 de septiembre de 2011

Detrás de un prejuicio

Hermione debe averiguar si es cierto que los Malfoy están intentando hacer regresar nuevamente a Voldemort. Y la forma que Kingsley le aconseja es ser una persona que no es. ¿Cómo le irá a Hermione con esta misión?



 Tras la caída de Lord Voldemort, la Orden del Fénix se ha establecido como una organización que intenta erradicar cualquier mago oscuro o ser que intente hacer daño al mundo mágico, evitando que exista otro ente que llegue tan lejos como Tom Riddle llegó en su intento de buscar más poder. También estaban al tantos de todos los que alguna vez fueron Mortífagos, pues quieren revivir a su amo.

Una información llega a sus manos, donde aseguran que la Familia Malfoy está involucrada en uno de los mayores intentos por hacer regresar a Voldemort, por lo que deben averiguar sobre la veracidad de aquella pista. Para lograr ese acometido y tras muchos intentos frustrados, Kingsley sugiere a Hermione acercarse a él como una amiga, obviamente tomando el cuerpo de otra chica.

Ésta es una misión especialmente complicada por lo difícil que puede ser el chico para acercársele y comprenderlo. No es un chico al cual pueda hablársele sin más. Para hacerlo debía meditar algunas formas que pudiera ayudarle, incluso cuando la persona que suplanta era importante en su país y, claro estaba, sangre pura. Intenta interpretar la personalidad de sus amigos en Hogwarts, aunque se le hace complicado el cubrir su propia personalidad.

En esta travesía es donde la castaña se da cuenta de que en Draco existe una persona que nunca imaginó. Se empieza a dar cuenta de que los niños entraban a Hogwarts con un prejuicio y que por ello las tres casas restantes se llevaban tan mal con Slytherin, sin siquiera conocerlos. Se percató de que era una persona diferente a lo que siempre creyó. Se dio cuenta de que el Malfoy tenía sentimientos y sueños; que era un humano.

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